Sigo labrando un
erial con la fe que destilan los niños ciegos. No me resigno simplemente a ser.
Necesito TRASCENDER. Tengo el ansia viva de no morir nunca, de recorrer el
pulso de los días a dentelladas.
Cada vez más
siento el rugir de mil millones de almas atrapadas en mi interior, que claman
por un hálito de esperanza. Quieren salir, tener una vida. Aún puedo
adormecerlas con canciones de cuna y nanas, pero pronto perderán los dientes de
leche y se abrirán paso a mi través, descerrajando mi pecho y escapando por mi
mirada.
Me siento como el
carcelero que custodia en la prisión de su propio cuerpo al feto infectado por
su debilidad. No sé si lo que hay dentro de mí mejorará en algo lo que hay
fuera, pero sus zarpas desgarran con una furia irreductible.
Poco a poco, empiedro
el camino para lo que vendrá. Añado adobe tras adobe,
con un ojo puesto en la línea del horizonte y otro en el surco translúcido de
mi temeridad.
He rebasado mis límites
y he cruzado las fronteras dibujadas por mis propios miedos. He franqueado los
muros de la entelequia y he metido los dos pies en el río de la impaciencia. He
sometido mis caprichos y domado mis demonios. He cabalgado en la cresta de mis
sueños y lamido del suelo el néctar agridulce de la derrota. He muerto y he
renacido.
Ahora, como
siempre, sigo siendo un proceso, un incontinuo. Sigo.
http://www.youtube.com/watch?v=AA2D5qv5GtI
http://www.youtube.com/watch?v=AA2D5qv5GtI
No hay comentarios:
Publicar un comentario