miércoles, 10 de julio de 2013

PICOTAZO A PICOTAZO

Sigo labrando un erial con la fe que destilan los niños ciegos. No me resigno simplemente a ser. Necesito TRASCENDER. Tengo el ansia viva de no morir nunca, de recorrer el pulso de los días a dentelladas.

Cada vez más siento el rugir de mil millones de almas atrapadas en mi interior, que claman por un hálito de esperanza. Quieren salir, tener una vida. Aún puedo adormecerlas con canciones de cuna y nanas, pero pronto perderán los dientes de leche y se abrirán paso a mi través, descerrajando mi pecho y escapando por mi mirada.

Me siento como el carcelero que custodia en la prisión de su propio cuerpo al feto infectado por su debilidad. No sé si lo que hay dentro de mí mejorará en algo lo que hay fuera, pero sus zarpas desgarran con una furia irreductible.

Poco a poco, empiedro el camino para lo que vendrá. Añado adobe tras adobe, con un ojo puesto en la línea del horizonte y otro en el surco translúcido de mi temeridad.

He rebasado mis límites y he cruzado las fronteras dibujadas por mis propios miedos. He franqueado los muros de la entelequia y he metido los dos pies en el río de la impaciencia. He sometido mis caprichos y domado mis demonios. He cabalgado en la cresta de mis sueños y lamido del suelo el néctar agridulce de la derrota. He muerto y he renacido.

Ahora, como siempre, sigo siendo un proceso, un incontinuo. Sigo.   

http://www.youtube.com/watch?v=AA2D5qv5GtI  

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