martes, 7 de enero de 2020

Signos vitales

Me resisto a abandonar. Siempre tuve dificultad para cerrar el libro y dar por finalizada una historia. Aun cuando no me gustara del todo, o quizás especialmente en esos casos. 

Ha pasado el tiempo sin escribir en este blog que nadie lee. En estos meses han cambiado universos enteros. Han muerto estrellas y nacido constelaciones nuevas. Han sucumbido algunos sueños. He nadado en piscinas ajenas. He mojado los pies en diferentes charcos. He vaciado mis ojos y los he rellenado de plata y de mierda. He tocado el cielo con la punta de la nariz, y he caído haciendo piruetas. 


No voy a decir todo lo que he hecho en este periodo, que no ha sido poco, ni a entrar en detalles acerca de lo que he sentido con ello. Aunque con el Año Nuevo se suele hacer balance, una vez más cedo a mi costumbre de obviar las costumbres ajenas, y quemo en mi mente la lista inexistente de promesas imposibles y propósitos en los que no creo. 


Escribo hoy porque quiero. Y no sé si volveré a hacerlo. Ya no me esfuerzo en perder el tiempo si no es solo por el placer de perderlo. Escribo hoy porque quiero. Sin metas ni miedos. Escribo hoy. Y ahora dejo de hacerlo. 



Fotografía de Chatarrero. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario