Todo eso y mucho más se revela en este periodo. Para los de la farándula, la historia es igual. Si trabajas, disfrutas de ese espíritu fantasmagórico que posee a los que te rodean y que no puedes evitar que te salpique (ni quieres), pero si no trabajas... estás más "parao" que el resto del año. O eso te parece.
Yo he tenido suerte. He actuado en algunas reuniones de empresa, con SMALL CLOWN, payaseando con los zagales. Además, con grandes compañeros/as que te lo hacen todo más fácil y divertido. Ya me permito disfrutar en estos eventos, y compensa el triple.
Y por otra parte, de nuevo gracias a mi jefe en esta empresa, y amigo, he cumplido un sueño. ¡He salido en la cabalgata de los REYES MAGOS! Puede sonar un poco cursi, pero creo que soy más consciente que muchos, por mi trabajo "de verdad", de las grandes diferencias que se resaltan en este periodo como marcadas con neones multicolores; pero también, quizás por eso, disfruto con las sonrisas de los niños, que tienen en muchos casos grandes momentos en Navidad.
No voy a entrar ahora en cuestiones sobre presupuestos del espectáculo, o en los niños que no han tenido regalos esta mañana. Soy consciente de eso y de más, pero hoy... hoy disfruto del recuerdo de ver esas caras iluminadas al poder saludar a Bob Esponja, a Arenita, a las mariposas (con el traje que me traían, las pobres)... y por supuesto a sus majestades (qué queréis que os diga, prefiero estos a los otros, glup).
La VERDAD, cuanto más viejo soy menos me gustan las comidas de empresa (si no es para actuar en ellas), las reuniones familiares (si no se emborracha alguna prima buenorra y hace un estriptis), y las compras compulsivas (si no soy yo el destinatario), pero... cada vez disfruto más chomineando con los niños. Y no, no es que me esté metiendo en mi próximo papel en teatro (de pedófilo, en Hamelin), es que soy así de encantador y candoroso.
Ya hablaremos de otras cosas en otros momentos. Hoy, toca magia.
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